¿Qué
es el software libre?
En
nuestros días el uso de herramientas informáticas se ha extendido a
casi todas las facetas de nuestra vida cotidiana. Esta circunstancia
condiciona a las sociedades en cuanto a cuáles deben ser sus
políticas pedagógicas, para formar no sólo usuarios de la
tecnología, sino a la vez y sobre todo desarrolladores de ésta, que
contribuyan a una independecia tecnológica. En el contexto de la
informática, se nos presenta una disyuntiva en torno a este tipo de
decisiones: los denominados software privativo y sofware libre.
Recordemos
que “software” es el conjunto de programas que controlan y hacen
funcionar los elementos físicos de una computadora u ordenador.
Serían las instruciones que nos posibilitan, por dar sólo algunos
ejemplos, reproducir una canción, navegar por internet, grabar un
video o escribir una carta. Es privativo el software que no permite
al usuario acceder a los programas que lo constituyen, es decir, a su
“código fuente”. Este tipo de software es creado por grandes
corporaciones (Microsoft, Apple) que lucran con él y prohiben al
usuario distribuir copias (piratería).
A
principios de los años ochenta del siglo pasado Richard Stallman
funda el proyecto GNU que correspondió con un movimiento de
programadores que buscaban desarrollar en forma comunitaria un
sistema operativo. Aunque no consiguieron esto último, sí
desarrollaron un conjunto de aplicaciones que combinadas con el
“núcleo” creado por Linus Torvals y colaboradores en 1992 darían
origen al sistema operativo GNU/Linux. En la actualidad ya existen
cientos de versiones (distribuciones o distros)
de este sistema
operativo. Entre ellas destacan: Ubuntu, Debian, Fedora, Linux Mint,
OpenSuse, por mencionar sólo algunas.[1]
Según
Stallman, el software libre debe poseer cuatro libertades
fundamentales. La primera consiste en la libertad de los usuarios de
ejecutar el programa con el fin que ellos quieran, cualquiera que
este sea mientras sea legal. La segunda libertad es la de poder
estudiar el código fuente del software y modificarlo de acuerdo con
nuestras necesidades concretas. Esta libertad le compete
principalmente a los usuarios programadores. La tercera libertad
permite la creación de copias del programa y su distribución. Y por
último, una libertad semejante a la segunda, porque tiene que ver
con mejorar las características del programa en general y hacer
públicas dichas mejoras. Estas libertades de los usuarios, dice
Stallman, deben posibilitar que el usuario tenga un control sobre su
informática y no al revés.
Software
libre y soberanía tecnológica
Las
libertades implícitas en el software libre tienen su expresión
socio-política en lo que podemos llamar “soberanía tecnológica”.
Esta es un valor que se
funda en la necesidad tanto de las personas, como de las empresas y
de los estados, de tener un control adecuado de su información.
Escándalos como los de
espionaje perpetrados por Estados Unidos, a través de la NSA
(Agencia Nacional de Seguridad), hacia sus propios ciudadanos o
gobiernos extranjeros, ponen en evidencia el peligro que conlleva el
uso de software privativo.
Muchas veces la puerta de
entrada para el uso de software libre es el ahorro económico, pero
en el camino se hace visible que éste no solo aporta ahorro, sino
también otros elementos como la soberanía tecnológica, el combate
al pensamiento único, se ayuda a pensar más allá de lo que el
status quo determina en el tema tecnológico, entre otros elementos,
esa es la clave para entender la soberanía tecnológica.[2]
Actualmente,
países europeos como España, Francia y Alemania lideran el uso del
software libre en diversos ámbitos, como son el académico
(universidades y escuelas), instituciones del estado e incluso en el
sector empresarial. En
América Latina, se ha tomado conciencia de la necesidad de la
soberanía tecnológica a través del software libre a raíz del
sabotaje a los sistemas de control de la paraestatal PDVSA (Petróleos
de Venezuela S.A.) en el 2002, el cual funcionaba
entonces con el sistema operativo Windows.
A
la fecha existen ya varios sistemas operativos GNU/Linux de origen
latinoamericano. Canaima,
es un sistema basado en Debian desarollado por el gobierno
venezolano; es utilizado en los ordenadores que se entregan
gratuitamente a los escolares. Huayra,
también basado en Debian, e igualmente con fines educativos, pero
este por parte del gobierno de Argentina. Nova,
es una distribución creada en la Universidad de las Ciencias
Informáticas de Cuba (UCI), y es empleada tanto en empresas
estatales como en el ámbito educativo.
Big Linux, una
distribución brasileña basada en Ubuntu. Como este último, tiene
la caracaterística de un fácil manejo.
América Latina y el software libre
Después de que Venezuela legislara en 2004 a favor de la utilización
de software libre en las instituciones del estado, otros países
suramericanos la han seguido. Ecuador, Uruguay, Cuba y Bolivia apoyan
ya legislativamente el uso de este tipo de software. Otros países
están en proceso de hacerlo.
Durante el 2014, Costa Rica y Nicaragua fueron los países
latinoamericanos con mayor uso del software libre. México y
República Dominicana, en cambio, estuvieron entre los que menos uso
hacen de él. En el ámbito universitario, las universidades que más
favorecieron al software libre en 2014 fueron: 1) Universidad de
Costa Rica, 2) Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y 3)
Universidad Fracisco Marroquín (Guatemala). En posiciones no muy
honorables encontramos a algunas universidades mexicanas: 18)
Universidad Autónoma Metropolitana, 21) Universidad Nacional
Autónoma de México.
Desde el 2005 se viene realizando el Festival Latinoamericano de
Instalación de Software Libre (FLISoL). En abril de cada año, en
distintas sedes de latinoamérica se ofrecen gratuitamente cursos o
conferencias y se instalan aplicaciones o sistemas operativos. Este
año se realizó el 25 de abril. En México se participó con 32
sedes en más de 15 entidades federativas y el D.F. [3]
Sitios web:
Notas:
[1] Me refiero aquí principalmente a los sistemas Linux, por su mayor
popularidad, aunque existen otros proyectos de sistemas operativos
de código abierto como FreeBSD, OpenSolaris, y muchos más.
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