Los escritos de Ricardo Flores Magón, fundador del Partido Liberal Mexicano (PLM) y uno de los precursores intelectuales de la Revolución Mexicana, son una fuente importante para el análisis de sus ideas filósoficas. He seleccionado aquí algunos de dichos escritos con el fin de indagar el sentido exacto de ciertos conceptos fundamentales que el pensador oaxaqueño dejó plasmados, la mayoría del diario oficial del PLM: Regeneración.
Uno de esos conceptos centrales es el de "libertad". Flores Magón hizo mucho énfasis en distinguir entre "libertad política" y "libertad económica". Para él, la segunda es la base de todas las libertades, mientras que la primera es sólo una expresión de los derechos constitucionales, que la clase trabajadora mexicana no pudo gozar nunca durante el régimen porfirista: "[...] la inferioridad social del proletario y del pobre hace completamente ilusoria la libertad política, esto es, no puede gozar de ella" (Regeneración, noviembre 12 de 1910). Así, pues, la ignorancia y la miseria del trabajador constituyeron (y constituyen siempre) un gran obstáculo para el gozo de derechos ciudadanos como la libre emisión del pensamiento o el ejercicio independiente de un oficio o una profesión. El régimen de Díaz se encargaría de mantener ese estado de cosas, como así lo expresa Flores Magón:
Uno de esos conceptos centrales es el de "libertad". Flores Magón hizo mucho énfasis en distinguir entre "libertad política" y "libertad económica". Para él, la segunda es la base de todas las libertades, mientras que la primera es sólo una expresión de los derechos constitucionales, que la clase trabajadora mexicana no pudo gozar nunca durante el régimen porfirista: "[...] la inferioridad social del proletario y del pobre hace completamente ilusoria la libertad política, esto es, no puede gozar de ella" (Regeneración, noviembre 12 de 1910). Así, pues, la ignorancia y la miseria del trabajador constituyeron (y constituyen siempre) un gran obstáculo para el gozo de derechos ciudadanos como la libre emisión del pensamiento o el ejercicio independiente de un oficio o una profesión. El régimen de Díaz se encargaría de mantener ese estado de cosas, como así lo expresa Flores Magón:
"Un tirano no confía tanto la estabilidad de su dominio en la fuerza de las armas como en la ceguera del pueblo. De aquí que Porfirio Díaz no tome empeño en que las masas se eduquen y se dignifiquen. El bienestar, por sí solo, obra benéficamente en la moralidad del individuo; Díaz lo comprende así, y para evitar que el mexicano se dignifique por el bienestar, aconseja a los patrones que no paguen salarios elevados a los trabajadores" (En pos de la libertad, discurso pronunciado en la sesión del grupo Regeneración, 30 de octubre de 1910).
En otra parte de este mismo texto se puede vislumbrar una categoría, ya no meramente política, sino ética, e incluso de orden gnoseológico: la conciencia. Flores Magón expresa que existe una gran diferencia entre dos actos aparentemente iguales, como la declaración de la huelga por un obrero, si tenemos en cuenta la subjetividad del obrero, sus motivaciones. Así, no es lo mismo que éste se manifieste urgido por la necesidad de ganar algo más de dinero, inconsciente de la justicia de su demanda (movido sólo por su instinto de conservación), a que lo haga sabiendo que su acción va encaminada a "restar fuerza moral al pretendido derecho del capital a obtener ganancias a costa del trabajo humano". Éticamente, este segundo acto tiene mayor valor.
Pero los trabajadores que poseen esta conciencia son una minoría entre ellos, que en un momento oportuno pueden guiar a las masas inconscientes a la conquista de su emancipación política y social, sobre la base de la posesión de la tierra y de otros bienes privados que sirven para la producción de riqueza. La libertad se conquista entonces a partir de la emancipación económica y gracias a la organización de los trabajadores, unidos en el deseo de bienestar y la conciencia de sus dirigentes. No obstante, Flores Magón expresa de manera recurrente su rechazo por las figuras de autoridad e incita a todos, a la masa, a ser concientes, y no quedarse en el mero entusiasmo por la lucha:
"Compañeros, para conquistar la libertad y la felicidad se necesita algo más que un corazón bravo y un arma en la mano: se necesita una idea en el cerebro. [...] Si otro piensa por ti, no te asombre ver seguir, como si retoñase el negro edificio que aplastaste, otro más negro aún, más pesado, de donde asomen defensores más siniestros, y entre esos flamantes defensores del futuro despotismo reconocerás a los que hoy te aconsejan que tomes un fusil y te rebeles; pero omiten hacerte comprender tus intereses como pobre para que por ellos, y no por tus intereses, des la vida" (Regeneración, diciembre 24 de 1910).
La existencia de dirigentes (ya sea en los movimientos sociales o en el gobierno) que sólo ven por su interés o el de los explotadores y no despiertan la conciencia de las masas, es contrario a las condiciones para una verdadera libertad, pues implica la manipulación, el tomar a los hombres como medios y no como fines. La resuelta crítica de Flores Magón a los actos de Francisco I. Madero se orienta en este mismo sentido (véanse los artículos de Regeneración: Francisco I. Madero es un traidor a la causa de la libertad, febrero 25 de 1911; Diferencias con Madero, abril 15 de 1911; y El rebaño inconsciente se agita bajo el látigo de la verdad, marzo 4 de 1911).
La existencia de dirigentes (ya sea en los movimientos sociales o en el gobierno) que sólo ven por su interés o el de los explotadores y no despiertan la conciencia de las masas, es contrario a las condiciones para una verdadera libertad, pues implica la manipulación, el tomar a los hombres como medios y no como fines. La resuelta crítica de Flores Magón a los actos de Francisco I. Madero se orienta en este mismo sentido (véanse los artículos de Regeneración: Francisco I. Madero es un traidor a la causa de la libertad, febrero 25 de 1911; Diferencias con Madero, abril 15 de 1911; y El rebaño inconsciente se agita bajo el látigo de la verdad, marzo 4 de 1911).
De todo lo expuesto se infiere que la "libertad" magonista implica diversos elementos que se hallan estrechamente vinculados. Por un lado, la garantía de la supervivencia económica a través de la propiedad común de la tierra, que a su vez se expresa en un bienestar que hace al ser humano de una naturaleza buena. En esto, Flores Magón concibe que el crimen tiene su origen en la tristeza y opresión de la vida a que da lugar la existencia de la propiedad privada y el derecho de propiedad, o al menos su muy desigual concentración. Y el Gobierno no tiene razón de ser sin la propiedad privada, la desigualdad, y la explotación del hombre por el hombre; por lo que rechaza reiteradamente la existencia de todos ellos. La lucha de los pobres no ha de orientarse a encumbrar a ningún individuo en el gobierno, sino simplemente a poseer la tierra y organizarse libremente, bajo un decreto común establecido por todos. Por otro lado, la conciencia es otra dimensión importante de la libertad. Esta no es más que la manifestación anímica (en ideas y sentimientos) del deseo mismo de libertad en el hombre. Son raros quienes la poseen, pues implica la suma de una experiencia muy particular del individuo de lo que es bueno y justo con una especial constitución de fortaleza.
"Concebir una idea es comenzar a realizarla. Permanecer en el quietismo, no ejecutar el ideal sentido, es no accionar; ponerlo en práctica, realizarlo en toda ocasión y momento de la vida es obrar de acuerdo con lo que se dice y predica. Pensar y accionar a un tiempo debe ser la obra de los pensadores; atreverse siempre y obrar en toda ocasión debe ser la labor de los soldados de la libertad" (Revolución, junio 1o. de 1907).
En conclusión, la libertad magonista se compone tanto de elementos de índole social (distribución justa de la propiedad) como de índole individual o psicológica (conciencia del trabajador junto con su capacidad para realizar sus ideales). Y dichos elementos, aislados, no son suficientes para lograr la verdadera libertad, sino cuando mucho una efímera ilusión de ella. La unidad de dichos elementos es lo que constituye la organización social, el poder de la multitud, la verdadera democracia. Podría decirse que Flores Magón, además de combatir la noción ordinaria de Autoridad o Gobierno, apoyaría el ideal de un poder de la multitud como verdadera expresión de democracia, donde no gobiernen unos cuantos en su propio interés, sino todos en el interés de todos.
Para consultar los artículos periodísticos de Ricardo Flores Magón, así como otras de sus obras, recomiendo la página web abajo mostrada, recientemente construida por el INAH.
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